Descripción


La concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, presentó hoy el estreno absoluto de la obra ‘El ciclista utópico’ que se representará en el Teatro Calderón los próximos 24, 25 y 26 de marzo. La obra, dirigida por Yago Cáceres, contará con la presencia en escena, entre otros, de los actores Fran Perea y Fernando Soto, ambos "con una trayectoria amplia y reconocida en el mundo del teatro", comentó Redondo.


En cuanto a la sinopsis de la obra, el texto intenta dar respuesta a si puede un accidente cambiar nuestras vidas o si podemos usar un accidente para cambiar nuestras vidas. Dos de las cuestiones que responde ‘El ciclista utópico’ y que se ha hecho su director, Yayo Cáceres, a la hora de trasladar el texto a la escena. Una dramaturgia de Alberto de Casso, ganadora del Premio de Literatura Dramática Fundación Teatro Calderón de Valladolid en 2014 y que se estrena a nivel nacional en Valladolid este viernes 24 de marzo.


Manuel (Fran Perea), un maestro rural que vive feliz y apaciblemente con su mujer y sus tres hijas menores de edad. Acebal (Fernando Soto) es un hombre rustico, cerril, reaccionario, exaltado y aparentemente ingenuo que diseña en su ilusoria cabeza una serie de maquinas delirantes, insensatas y utópicas que faciliten las relaciones humanas.


El destino los une un día en que, cegado por el sol, Manuel atropella en un cruce al ciclista Acebal y destroza su bicicleta. El ciclista se muestra muy apenado por este hecho y despierta la compasión de Manuel.


Este atropello hará́ que surja un vínculo fuerte, tenaz y sumamente destructivo entre ambos personajes. El ciclista se infiltrará cada vez más en la vida familiar y laboral de Manuel hasta convertir su existencia en un tormento y al final hará́ que su presencia resulte tan sofocante como necesaria, y todo llegue a un punto de no retorno.


Sin salida


En palabras de su director, Yayo Cáceres, "humor duro y con el sarcasmo suficiente como para importunar". "De Casso nos ofrece este texto en el que, una vez más, el teatro nos ayuda y nos sirve para escrutar la condición humana y el profundo e intrincado laberinto de las relaciones", añade Cáceres.


"Manipulación, culpa, deseos ocultos, personajes oscuros y extremos, más otra cantidad de ingredientes asoman en esta obra en el que dos personajes, el que provoca el accidente y el accidentado, se meten a la vez en un túnel en el que quizás ni siquiera se ve la luz de la salida", explica.


En resumen, según su director: "Dos personajes, dos actores al servicio de la historia; y una historia humana y descarnada que no dejará indiferente al espectador".