Descripción

El ozono troposférico, también conocido como ozono de baja cota, O3 a diferencia de los otros contaminantes, no es emitido directamente a la atmósfera, sino que se trata de un contaminante secundario producido por la reacción entre el dióxido de nitrógeno NO2 , los hidrocarburos HCn y la radiación. El ozono puede irritar los ojos y los conductos pulmonares causando dificultades respiratorias e incrementando la susceptibilidad de las personas a las infecciones pulmonares. Es un reactivo químico enérgico, capaz de atacar las superficies, obras de fábrica y materiales de goma (ej. los neumáticos). El ozono es igualmente tóxico para la vegetación y los árboles.

Además de la participación del dióxido de nitrógeno NO2 en la formación del ozono, el óxido nítrico NO destruye a su vez el ozono para formar oxígeno O2 y dióxido de nitrógeno NO2. Por esta razón los niveles de ozono no suelen ser elevados en áreas urbanas, donde hay elevados niveles de NO emitido por los vehículos a diferencia de lo que sucede en las zonas rurales. Tanto los óxidos de nitrógeno como los hidrocarburos son transportados fuera de las áreas urbanas en recorridos cuya longitud depende de la velocidad de los vientos dominantes en la zona.

La radiación solar provee la energía necesaria para iniciar la formación del ozono; la radiación ultravioleta cercana disocia las moléculas estables para formar especies reactivas conocidas como radicales libres. En presencia de los óxidos de nitrógeno NOx estos radicales libres catalizan la oxidación de los hidrocarburos hacia dióxido de carbono y vapor de agua. Los compuestos orgánicos parcialmente oxidados como los aldehídos, cetonas y el monóxido de carbono son productos intermedios de la reacción, que con el ozono dará lugar a la aparición de subproductos.

Siempre que el ozono es fotodisociado por efecto de la radiación, dará lugar a la formación de radicales libres, como tal es un promotor de la oxidación química, que a su vez cataliza su propia generación por auto catálisis. Consecuentemente, niveles elevados de ozono, son generalmente observados durante los periodos estivales, en zonas donde las masas de aire han recogido previamente emisiones de hidrocarburos HCn y de óxidos de nitrógeno NOx (ej. áreas urbanas con un tráfico intenso). A causa del tiempo requerido para que tenga lugar el proceso químico, la formación del ozono tiende a suceder en la dirección del viento con respecto al punto donde se realizó la emisión. La contaminación por ozono (smog de verano) puede persistir numerosos días y ser transportada a largas distancias.

Durante episodios de valores altos de ozono se recomienda a las personas sensibles, tales como niños, ancianos, y personas con enfermedades respiratorias, no realicen esfuerzos físicos prolongados al aire libre. En personas sensibles pueden aparecer síntomas tales como irritación de los ojos, dolor de cabeza, o dificultades respiratorias. Se recomienda no verificar ejercicios físicos de alto rendimiento en las horas centrales del día.