Descripción


Con motivo del centenario de la reversión al Estado del Canal de Castilla el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha resaltado el valor patrimonial y paisajístico que supone esta infraestructura en la ciudad, al tiempo que ha planteado la necesidad de intervenciones adecuadas, como la recuperación de la dársena del Canal de Castilla, un proyecto que surgió hace más de diez años para recrear un gran puerto fluvial en el entorno del barrio de la Victoria.



En el acto organizado en el Patio Herreriano por la Confederación Hidrográfica del Duero el alcalde, tras relatar los hitos que marcan la historia de esta obra concluida en 1849, ha resaltado un dato que evidencia su vigencia: el 60% del agua que se consume en la capital procede del Canal de Castilla.



Además, Óscar Puente ha apostado por un mayor aprovechamiento turístico y deportivo de este espacio que contribuye a mejorar el medio ambiente. En el discurso de Óscar Puente se hace referencia a la "tercera oportunidad".



"Gracias, en primer lugar, a la presidenta de la Confederación por invitarme a participar en la inauguración de esta jornada dedicada a un acontecimiento histórico, cual es el centenario de la reversión del Canal de Castilla al Estado.



Habrá quien se pregunte si en verdad concurren motivos suficientes para celebrar esa efeméride, si la reversión hace cien años al Estado de esa infraestructura es un suceso con la entidad necesaria para que nos hayamos reunido hoy aquí para recordarlo. Y la respuesta es que sí, que el hecho de que el Canal retornara al Estado en 1919 debe rememorarse, porque esa circunstancia, sin duda, determinó la supervivencia del Canal de Castilla. Efectivamente, y a ello me referiré más adelante, tal y como figura en el titular de un reportaje publicado días atrás en un periódico, este es el "centenario de una segunda oportunidad" para el Canal de Castilla.



Como saben ustedes bien, y permítanme una breve digresión histórica, el Canal de Castilla es un ambicioso proyecto de la etapa de la Ilustración, que tenía como propósito favorecer el comercio hacia los puertos del norte de los cereales que se producían en la meseta. Se trata de una obra de ingeniería hidráulica de gran magnitud, que empezó a construirse a mediados del siglo XVIII, en concreto el 16 de julio de 1753, y que se inauguró casi cien años después, el 14 de diciembre de 1849. Aunque no llegó a alcanzar las dimensiones inicialmente planteadas, sus 207 kilómetros de longitud, repartidos entre sus tres ramales, no restan un ápice de grandiosidad a esta obra.



Diversas vicisitudes, como las derivadas de la Guerra de la Independencia y de la crisis política, social y económica que la sucedieron, motivaron la paralización de las obras de construcción del Canal. Y fue Fernando VII, rey con una más que justificada mala reputación, quien, viendo que el erario público no era capaz de costear la construcción del Canal, decidió que el proyecto fuera ejecutado por una empresa privada. De esta forma, a partir de 1849 la Compañía del Canal de Castilla se encargó, una vez finalizadas las obras, de la explotación de esa infraestructura. Esa concesión tuvo una vigencia de 70 años, tras los cuales el Canal de Castilla revirtió de nuevo al Estado. Y esa circunstancia resultó esencial para la propia infraestructura, puesto que a partir de la apertura de la línea férrea Valladolid–Alar del Rey, con un trazado casi paralelo al del Canal de Castilla, éste quedó obsoleto para los fines para los que fue construido, porque la vía ferroviaria era más económica que el canal. Esa decadencia hubiera llevado al Canal a su ruina, y no resulta aventurado pensar que, con mucha probabilidad, hoy nos quedaría de él poco más que su memoria. Pero afortunadamente, que el Estado recuperara su titularidad garantizó su mantenimiento y su aprovechamiento para otros usos distintos a la navegación. Así, el regadío y el abastecimiento de agua a ciudades como Palencia y Valladolid y a núcleos de población ribereños del Canal se convirtieron en la principal razón de ser del mismo, a la que se han añadido actividades turísticas en diversos tramos. De ahí esa segunda oportunidad para el Canal a la que me refería anteriormente.



Y aprovechando el acontecimiento que hoy nos convoca aquí quizá sería buen momento para plantearse el futuro de esta infraestructura, un futuro que, si nos lo proponemos, puede ser esplendoroso y que tiene sus retos y sus oportunidades, porque, como decía el profesor Juan Luis de las Rivas: "hablar del Canal de Castilla es hablar de la grandeza y de los desafíos que tiene este territorio, de sus logros a la vez que de las dificultades". Por qué no empezar a trabajar, desde muy distintos ámbitos, desde las administraciones y desde la iniciativa privada, para, entre todos, dar al Canal de Castilla su tercera oportunidad.



Como alcalde de Valladolid no puedo evitar referirme a la importancia que actualmente tiene el Canal de Castilla para nuestra ciudad, no en vano, en torno al 60 por ciento que el agua que consumimos los vallisoletanos procede del Canal. Además, constituye éste un espacio natural de esparcimiento para muchos de nuestros vecinos y vecinas, que van a pasear o a recorrer en bici los antiguos caminos de sirga.



Pero creo que aún se puede fomentar más el uso del Canal con un aprovechamiento turístico y deportivo, y, también, medioambiental. En este sentido, es un lujo contar en el entorno urbano con un ecosistema de ribera como el constituido por el Canal.

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Me parece, asimismo, interesante que se haya dado utilidad a algunos de los edificios que la Confederación Hidrográfica del Duero tiene en la dársena del Canal, con la apertura de un par de restaurantes, la cesión de locales a alguna asociación, así como la utilización por parte de la propia Confederación de dependencias de su propiedad en ese entorno. Eso está muy bien, qué duda cabe, pero echamos de menos una intervención más ambiciosa en esa zona, como aquella que, hace poco más de diez años, fuera ganadora del concurso de ideas para la recuperación de la dársena del Canal de Castilla convocado por la propia Confederación. Aquel proyecto, que tenía denominación, "Luz de Agua" se llamaba, recrearía en la zona un gran puerto fluvial. Ojalá, algún día, se pueda retomar ese proyecto u otro similar, que sería de gran importancia para el Canal de Castilla y para Valladolid.



En definitiva, gracias por invitarme a participar en esta conmemoración del centenario de la segunda oportunidad del Canal de Castilla y sepan que cuentan con el Ayuntamiento de Valladolid para emprender esa tercera oportunidad.



Muchas gracias."