Descripción


  • Un total de 54 personas desempleadas y empadronadas en la capital ocuparán las parcelas vacantes en este segundo año de vigencia del programa, que suma 183 huertos
  • Una encuesta realizada por INEA entre los usuarios refleja la gran acogida de la iniciativa y su utilidad en aspectos vinculados a la mejora de la salud psicológica y física

El alcalde dirige unas palabras a los desempleados que explotarán los huertos urbanosImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoEl alcalde dirige unas palabras a los desempleados que explotarán los huertos urbanos


La Fundación Red Íncola ha acogido esta mañana el acto de entrega de autorizaciones de uso para la explotación de huertos ecológicos urbanos por parte de personas desempleadas, en un acto que ha contado con la presencia del alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva; del concejal de Desarrollo Sostenible, Jesús Enríquez Tauler, y del director de la Escuela de Ingeniería Agrícola (INEA), Félix Revilla Grande, SJ.




En concreto, se han concedido 54 autorizaciones de las que cinco corresponden a los huertos situados en el Jardín Botánico; diecisiete al emplazamiento de la calle Valle de Arán; quince al de Los Santos Pilarica; y diecisiete al ubicado en Parque Alameda. El programa suma un total de 183 parcelas entre las cuatro localizaciones.




Las personas que pueden ocupar desde hoy estos huertos se encontraban en lista de espera y logran una parcela al hacerse con alguna de las vacantes producidas, "fundamentalmente por quienes en este primer año de vigencia de la iniciativa han encontrado un empleo", explicó el alcalde, quien deseó éxito en su labor hortofrutícola y futuro profesional a los asistentes.




Cincuenta metros cuadrados



En su intervención, Javier León destaco que la experiencia iniciada en 2014 "ha mejorado las propuestas iniciales de la Asociación Parados en Movimiento y de otros colectivos, que hoy goza de la máxima aceptación, como lo demuestra el hecho de la plena ocupación de los espacios puestos a disposición del proyecto".



Javier León entrega una de las acreditacionesImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoJavier León entrega una de las acreditaciones

Cada uno de los huertos tiene una superficie de cincuenta metros cuadrados. Quienes acceden a su explotación a partir de hoy, son personas mayores de edad, empadronadas en la capital desde hace al menos un año y se encuentran inscritas como demandantes en el Servicio de Empleo Público Estatal. La cesión de la parcela en régimen temporal permite utilizar la producción hortícola obtenida para autoabastecimiento, pero no para comercialización.




El sistema de funcionamiento cuenta con el asesoramiento de personal de INEA –concretamente de la técnico Laura Domínguez-, para apoyar a los adjudicatarios, que tienen a su disposición tanto casetas para guardar aperos como el suministro gratuito de agua para riego. La provisión de semillas, herramientas y otros útiles necesarios para el cultivo deberán ser aportados por los titulares.




Autoestima y autoabastecimiento




El primer año de vigencia del proyecto de huertos urbanos para desempleados arroja resultados muy positivos, a tenor de la encuesta realizada entre los usuarios por personal de INEA, con el fin de mejorar el proyecto. Así, la iniciativa –que estimula la autoestima, permite el autoabastecimiento y favorece la salud- es puntuada con una nota de notable o sobresaliente por el 94% de los entrevistados.




De hecho, el 96% de los usuarios de los huertos considera cumplidas sus expectativas con el cultivo de la parcela y todos ellos recomendarían participar en el proyecto a otras personas. También es importante resaltar que el 93% ha mejorado su salud psicológica y física.




Por otro lado, el programa de huertos compartidos o de explotación comunitaria, que también comenzó en 2014, comprende 2.300 metros cuadrados de superficie, con arreglo al plan de gestión elaborado por INEA. Los beneficiarios practican la agricultura ecológica y la producción obtenida se destina a ONG’s como la Red Íncola, Entrevecinos, Banco de Alimentos o casas de acogida.