Descripción

Con esta contribución a la Semana de la Movilidad, pretende que se fomente una cultura de desplazamientos más sostenible

La Concejalía de Urbanismo, Vivienda e Infraestructuras prepara un documento que elevará a la Junta de Gobierno municipal durante la Semana de la Movilidad y a la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León, pidiendo su tramitación.

En él se reclama la modificación de las leyes de Urbanismo y del Derecho a la Vivienda para que en ambos textos se supriman las vinculaciones existentes entre viviendas y aparcamientos, puesto que fomentan, entiende el concejal Manuel Saravia, una movilidad poco sostenible.

En efecto, en la Ley (artículo 42.2.b) y el Reglamento (artículo 104) de Urbanismo de Castilla y León se aplica un estándar que exige un determinado número de plazas de aparcamiento por cada vivienda.

Aunque en las últimas reformas legales se ha reducido la cifra, sigue manteniéndose el mínimo de una plaza por vivienda en todos los casos, y de dos plazas en el suelo urbanizable. Por otro lado, el artículo 46.2 de la Ley del Derecho a la Vivienda de Castilla y León da lugar a interpretaciones equívocas, por el párrafo referido a las viviendas de protección pública en que se dice que "deberán tener obligatoriamente como anejos vinculados, al menos, una plaza de garaje y un trastero", en determinados supuestos.

Saravia afirma que "esto no puede ser, se trata de una sobreprotección legal a la movilidad en automóvil privado que no tiene justificación alguna". En su opinión, debería ser todo lo contrario, puesto que "cuando la media europea es ya de un automóvil por cada dos personas, y se trata del medio menos sostenible de moverse, no cabe mantener este nada disimulado incentivo legal de su uso".

El concejal asegura que desde hace años muchos gobiernos locales, europeos y americanos, no solo no exigen de forma genérica un determinado número de plazas de aparcamiento por vivienda, sino que en ocasiones hacen exactamente lo contrario, limitando el número máximo de plazas en determinadas zonas. Incluso se proyectan "barrios sin coches" para quienes prefieren un estilo de espacio urbano ajeno al tráfico motorizado privado, que con nuestra legislación resultan imposibles de construir.

Más aún, Saravia entiende que considerar que la calidad mínima exigible a una vivienda implica la posesión de una plaza de garaje "es un error de enorme magnitud, indefendible con argumentos racionales".

La modificación que se pide de las leyes regionales de Vivienda y Urbanismo también se verá reflejada en el propio Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad, donde se eliminarán las reservas obligatorias de plazas de aparcamiento por vivienda que en su actual articulado se exigen.