Descripción


La sala 9 del MUSEO PATIO HERRERIANO DE VALLADOLID, acoge desde hoy, 9 de febrero, una nueva exposición con obras de la Asociación Colección Arte Contemporáneo, que ha sido presentada por el director de Museos y Exposiciones, Juan González-Posadas. Se trata de "SEIS CREADORAS EN LA COLECCIÓN", con obras de Elena Asins, Rosa Brun, Ángela de la Cruz, Cristina Iglesias, Elena del Rivero y Soledad Sevilla.


Las seis artistas son de referencia dentro del panorama artístico contemporáneo español desde la década de los años 70 hasta la actualidad, como son: Elena Asins, Rosa Brun, Ángela de la Cruz, Cristina Iglesias, Elena del Rivero y Soledad Sevilla. A todas ellas les une el empleo del lenguaje abstracto, en el caso de Asins, Brun y Sevilla aplicado a la pintura; Iglesias a la escultura, y una mezcla de ambas disciplinas en de la Cruz y del Rivero.


Dentro de ésta selección hay destacar la figura de dos artistas que comparten generación. Elena Asins por aunar la teoría del cálculo y los algoritmos en sus obras y sobre todo por ser pionera en el arte asistido por ordenador en España. Y Soledad Sevilla principal representante de la pintura abstracta "racional" en la que se conjuga forma y color a través de la geometría.


Estas seis creadoras contribuyen a visibilizar la presencia de la mujer artista en el arte contemporáneo desde los años 70, llegando en varios casos a sus cotas más altas, recibiendo el Premio Nacional de Artes Plásticas. Y más especial es el caso de Ángela de la Cruz, que en 2010 se convirtió en la única mujer finalista del Premio Turner.


DATOS BIOGRÁFICOS DE LAS ARTISTAS

Elena Asins. Madrid, 1940-Navarra, 2015

De formación autodidacta, asiste a clases de pintura en la Escuela de Artes y Oficios, Círculo de Bellas Artes y Escuela de Cerámica, de Madrid. Amplía estudios en París y ya de vuelta a Madrid, en 1963 forma parte del grupo Castilla 63 y en 1967 de Nueva Generación. En 1969 toma parte en investigaciones en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense, dentro del Seminario de Generación Automática de Formas Plásticas. Posteriormente recibe una beca para desarrollar sus investigaciones en Estados Unidos, en The New York Schoool y la Universidad de Columbia. Su obra, a partir de unos primeros pasos figurativos, se orientó hacia el llamado arte normativo, desarrollando la abstracción geométrica, la poesía experimental, el estructuralismo y la computación aplicada al arte.


En este último campo, Elena Asins desarrolló desde mediados de los ochenta una obra basada en el cálculo y las relaciones matemáticas de estructura básicas. Su lenguaje traspasó el límite de la pintura y puede ser aplicado tanto a la música como el entorno urbanístico. También cabe destacar la actividad teórica que realizó a través de escritos y conferencias y sobre todo los premios que le otorgaron como reconocimiento a su trayectoria artística. Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2006. Posteriormente el año 2011 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas como reconocimiento a su trayectoria artística y un año más tarde en 2012 fue galardonada con el Premio Arte y Mecenazgo dentro de la categoría de Artista.



Rosa Brun. Madrid, 1955

Su primera individual fue en la Sala de Exposiciones El Brocense Museo de Arte Contemporáneo de Cáceres, en 1985, aunque había comenzado su andadura artística en la década de los 80 exponiendo de forma colectiva. El trabajo de Rosa Brun se basa en la exploración de los límites que se establecen entre la pintura y la escultura y el resultado de esta investigación es una obra que consigue difuminar ambas disciplinas estableciendo un diálogo entre ellas. En algunas de sus obras las superficies aparecen divididas por colores que estructuran el soporte estableciendo equilibrios entre las masas de color. Éste se aplica en capas sucesivas creando matizaciones cromáticas que generan planos y espacios de profundidad.


En otras ocasiones, Rosa Brun establece un diálogo más directo con la escultura, generando relieves y espacios tridimensionales que distribuye en el suelo y/o en la pared. Su última exposición individual se ha celebrado en 2017 en el CEART. Centro Tomas y Valiente de Fuenlabrada de Madrid. Ha participado en distintas ferias internacionales: ARCO, en España, desde su edición de 1989; Art Athina en Grecia, 1995; Internacional Art Fair Basel en Suiza, 1994; 6th Internacional Contemporary Art Fair en Estados Unidos, 1991; Art Frankfurt en Alemania, 1990 y 1989. Tiene obra en las colecciones del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) y La Fundación La Caixa (Barcelona), entre otras.



Ángela de la Cruz. La Coruña, 1965

Las obras de Ángela de la Cruz fluctúan entre la pintura y la escultura, entre la producción de objetos artísticos híbridos y la creación de instalaciones y estructuras espaciales tan intrincadas como precarias.

Con frecuencia la artista recicla y vuelve a usar elementos de obras previas: a través de estas continuas permutaciones de elementos, Ángela de la Cruz parece estar articulando la investigación de un lenguaje propio, que se realiza mediante pruebas y errores. La artista utiliza la palabra "Clutter" (desorden) para describir sus obras que, enigmáticas en su estado fracturado, siguen allí como parábolas de pinturas dañadas.


La artista explora los límites -físicos y simbólicos- de la noción de espacio pictórico planteando una reflexión crítica en torno a los elementos estructurales de las producciones plásticas. De este modo, no sólo se aleja de los parámetros convencionales de la representación pictórica, sino que también trata de transformar y trascender los postulados más recientes de la pintura abstracta y conceptual.


Reside en Londres desde 1989 y en el año 2017 recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas por su radicalidad en el trabajo y si manera de conceptualizar la pintura.


Cristina Iglesias. San Sebastián, 1956

En los años 1980-81 estudia en la Chelsea School of Art, de Londres, donde conecta directamente con las propuestas internacionales en el campo de la escultura. A su regreso a España, participa en colectivas como "La imagen del animal" (1983), que dio a conocer su obra y propició otras exposiciones, como "1981–1986. Pintores y escultores españoles", en la Fundación Caja de Pensiones. Su primera individual en Madrid tendrá lugar en la galería Juana de Aizpuru en 1985. A partir de entonces, la proyección de Cristina Iglesias ha sido grande tanto dentro como fuera de España. Sus primeras obras mostraban un contraste entre materiales como el hierro y el cemento, manipulado y coloreado.


La relación de la escultura con el espacio donde se desarrolla se perfila como uno de los elementos primordiales de su obra, junto a la poética de sus materiales. Esto llevará a Cristina Iglesias a propiciar un mayor sentido espacial y arquitectónico a sus piezas, que aumentan considerablemente en dimensiones. El uso de materiales como el alabastro, la serigrafía, el tapiz y el cristal serán opciones que le permitan indagar en el efecto lumínico, en la metáfora del paisaje y en el aspecto escenográfico de la escultura en su obra a partir de la década de los noventa. En 1993 fue seleccionada junto con Tàpies para representar a España en la XLV Bienal de Venecia. Y en 1999 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas.



Elena del Rivero. Valencia, 1952

Elena del Rivero nace en Valencia en 1952. Tras realizar estudios de literatura en las universidades de Valencia y Cambridge y de pintura y música en Madrid –donde vivirá hasta 1988– se traslada a Roma para disfruta de una beca de pintura concedida por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Después de esa estancia de tres años en Italia se marcha a Nueva York, ciudad en la que reside en la actualidad y en la que ha desarrollado su trayectoria artística durante los últimos años. Su creación ha experimentado cambios importantes a finales de los ochenta su pintura evoluciona hacia otra plásticamente densa, con colores oscuros que rememoran a la noche, a lo negro, al drama activo. Pero casi al mismo tiempo, del Rivero experimenta otra transformación decisiva; la imagen oscura que antes vertía al exterior recupera ahora la luz, los tonos blancos.


La artista llega a este convencimiento cuando reflexiona acerca del sentido de su obra: no es la narración de lo externo lo que quiere expresar, sino que el objeto de su pintura es lo que queda dentro, lo sentido, lo subjetivo, lo que no puede expresarse. Esto la lleva, a principios de los noventa, a un lenguaje más depurado en el que el colorido se limita a gamas neutras de negros, blancos y platas. Se acerca así al minimalismo aunque, al ser entendida su obra en muchos aspectos autobiográfica, lo sobrepasa en contenidos y significados. Paralelamente, comienza a trabajar en 1990 en una de las caras mejor conocidas de su producción: las series de "Cartas". Las técnicas de las que se vale para su representación son variadísimas: cartas tachadas, cosidas o pintadas, aunque en gran parte de ellas es el bordado el que tiene un papel fundamental.


En ellas, el eje temático consiste en la meditación sobre diversos temas que afectan a la artista de manera personal, como el sentido del tiempo, de la intimidad y de lo femenino, todo ello bajo una óptica desgarrada y poética. Dentro de estas series destaca la llamada Cartas a la madre (inspirada en cierta medida en la Carta al padre de Kafka), iniciada en 1991. Como en la obra de Kafka, las más de cien cartas que forman esta serie constituyen un discurso plástico que nos acerca a lo que para ella es inquietante: la culpabilidad, la acusación, la rebeldía… También cabe mencionar la serie Carta al otro, realizada expresamente para la Bienal de Johannesburgo –acontecimiento que marca el inicio de su proyección internacional– en 1995. Ha sido beneficiaria de otras becas importantes, como la de la Pollokck-Krasner Foundation de Nueva York o la de la Creative Capital Foundation de la misma ciudad. De entre sus exposiciones individuales, la más sobresaliente es la titulada Cinco cartas retenidas, una sexta inacabada, una séptima enviada, más una octava recibida, presentada en el Espacio Uno del Reina Sofía en 1998. Destaca también Letter to the Mother, expuesta en 1997 en el Anthony Meier Fine Arts de San Francisco, o Cartas y diarios en la galería Elba Benítez de Madrid en 1993. De las exposiciones colectivas hay que destacar, en 1998, Interlacings: The Craft of Contemporary Art, exhibida en el Whitney Museum of American Art de Stamford, Connecticut, o la exposición de 1997 titulada Drawing is another kind of language, Recent American Drawings from a New York Private Collection, mostrada en el Harvard University Art Museum.


Su obra se encuentra dividida entre las colecciones privadas y las recopilaciones de varios museos nacionales e internacionales, entre ellos, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Museo de Navarra de Pamplona, la Academia de Bellas Artes de Roma o el Museum of Contemporary Art de Cleveland, Ohio.


Soledad Sevilla. Valencia 1944


Nace en Valencia en 1944. Estudia en la Academia de bellas Artes de Sant Jordi en Barcelona entre 1960 y 1965. Participa entre 1969 y 1971 en el Seminario de generación automática de formas plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid. En los años 70 su obra pictórica utilizará la geometría como una base normativa. Entre 1980 y 1982 reside en Boston, realizando estudios en la Universidad de Harvard, y allí empieza a trabajar la serie Las Meninas, aplicando una estructura básica en forma de retícula para reinterpretar los espacios y las atmósferas del cuadro de Velázquez.


A su vuelta a España desde Estados Unidos, realiza diversas instalaciones ambientales, todas ellas con un marcado pero sutil carácter pictórico, que plantean una profunda renovación plástica, como en Leche y sangre, donde las paredes de la galería, cubiertas de claveles rojos aparecen blancas una vez que se marchitan las flores. La siguiente serie titulada La Alhambra constituye un trabajo de reinterpretación del palacio nazarí. En este caso el uso del color es más medido aunque la retícula es también una base de referencia. Como cierre de este proyecto realiza la instalación Fons et Origo que tiende a recrear el ambiente nocturno de los reflejos sobre el estanque de uno de los patios de La Alhambra.


En sus sucesivas instalaciones y series pictóricas la luz se convierte en el elemento central. En 1992 realiza en el Castillo de Vélez Blanco (Almería) una proyección sobre los muros desnudos del patio que permite visualizar nuevamente el pórtico renacentista que actualmente está en el Metropolitan Museum de Nueva York. En otras instalaciones utiliza hilo de cobre y de algodón que mediante una apropiada iluminación recrea el efecto de haces de luz. En una pieza posterior por los hilos de cobre, descendían lentamente gotas de agua. En 1993 recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas. Sus instalaciones mantienen una estrecha relación con sus series pictóricas. Hacia finales de los años 90 la retícula desparece, pero permanece una cierta idea geométrica, de muro y de espacio, a través de lo vegetal, de las formas de las hojas, que evoca sutilmente a Granada, una ciudad con la que Soledad Sevilla ha estado muy vinculada a través de sus clases en la Universidad. Se le concede en 2007 La Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.


Sus trabajos más recientes han abordado la forma de la ventana como espacio pictórico y también las texturas de superficies de madera y de metal. La serie sobre Los Apóstoles de Rubens y El Retablo, son dos trabajos de grandes dimensiones en las que se muestra ese tratamiento de las texturas de madera. Ha participado en la Bienal de Pontevedra del 2010. La instalación en El Palacio de Cristal del Retiro Madrileño que reproduce interiormente la arquitectura del palacio además de recrear la bóveda celeste. El titulo ESCRITO EN LOS CUERPOS CELESTES, alude a los signos de puntuación impresos en la membrana que forma la pieza, obra realizada en 2011/2012. En el 2013 inauguró la temporada de la Galería MAS R elaborando tres trabajos diferentes que se adaptaban a las características espaciales de cada uno de ellos. Con materiales efímeros como papel o neopreno ensaya las piezas en tres dimensiones que después se repiten en metal.


El video como complemento del lenguaje pictórico, así como la fotografía están presentes en estas últimas obras. Se podría decir de su pintura actual, que recrea una "geometría blanda" manteniendo una constante en su trabajo, que repite una unidad y por acumulación esta desaparece para crear planos más extensos. En 2014 recibe el premio ARTE Y MECENAZGO. El premio reconoce la excelencia de su obra, los logros en su trayectoria y la implicación en la construcción de su carrera. Su obra representa una significativa contribución al desarrollo del arte contemporáneo y la sitúa como referente en el sector. En 2015, realiza en el Centro José Guerrero la exposición VARIACIONES DE UNA LÍNEA que revisa su obra de los años 60 a los 80.

La muestra se podrá visitar hasta el domingo el 24 de abril de 2018, siendo la entrada gratuita.