Descripción

El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, y el concejal de Urbanismo, José Antonio García de Coca, han visitado esta mañana la calle Miguel Íscar, que ya luce su aspecto renovado después de la reforma integral promovida por el Ayuntamiento y ejecutada por la empresa Ferrovial, que ha contado con un presupuesto de 1,3 millones de euros.

El mal estado de la calle, por cuyo subsuelo discurre uno de los antiguos ramales de la Esgueva, ha obligado a acometer una actuación compleja, al presentar múltiples deficiencias en aspectos como la pavimentación -por la mala calidad de los rellenos artificiales empleados para cegar el antiguo cauce del río-, con hundimientos de aceras, asfalto de la calzada y espacios de estacionamiento. También el abastecimiento y el saneamiento presentaban carencias notables.

Así, las aceras se han ampliado -3,75 metros la de los impares, y 4,80 la de los pares-, con una franja de estacionamientos en línea situada en el lado impar. La calzada, por su parte, queda con una anchura de 9,50 metros con espacio para tres carriles, dos de tráfico convencional hacía la Plaza de Zorrilla, y uno exclusivo para transporte público hacia la Plaza España.

El pavimento de las aceras a lo largo de los 280 metros de calle está formado por baldosas de terrazo fabricadas con granitos naturales triturados, de colores gris, negro y rojo, mientras que los estacionamientos tienen como base una superficie de adoquín de color negruzco. El nuevo arbolado en ambas márgenes de la calle, que suma 45 ejemplares, lo forman aligustres, liquidambar, tilos, pirus y acacias de flor.

Nuevo relleno de subsuelo

Cabe resaltar que la acera impar se ha pavimentado con losas de colores gris, negro y rojo, para indicar al peatón que bajo la misma se halla situada la bóveda por donde se desvió el antiguo cauce de La Esgueva.

Bajo la calzada se ha efectuado una excavación de más de dos metros de profundidad para llevar a cabo un correcto rellenado de estas capas, con el fin de asentar mejor el firme y solucionar los problemas que se venían dando por las filtraciones de aguas pluviales. De hecho, se han retirado unos 15.000 metros cúbicos de tierra del subsuelo, para su sustitución por el mismo volumen de nuevo relleno.

En cuanto al saneamiento, se ha instalado una tubería de 400 milímetros de diámetro con las acometidas a los edificios para dar servicio a toda la calle. El abastecimiento de agua potable también dispondrá de una red definitiva con dos tuberías bajo la calzada y sus correspondientes acometidas a los domicilios.

Alumbrado público y mobiliario

En el capítulo de alumbrado público, se han instalado veintidós columnas de iluminación modelo Santa Ana, de 8,5 metros de altura, y dos brazos, mientras que la calle Licenciado Vidriera se colocan cuatro brazos murales adosados a las fachadas. Por su parte, el mobiliario urbano consta de veinte bancos de listones de madera, papeleras metálicas de doble cubeta y valla de encauzamiento peatonal en las aceras, junto a los bordillos.

Además, la calle dispone de cuatro puntos de contenedores de residuos sólidos soterrados -dos en cada acera- con capacidad para cuatro unidades en cada uno de ellos, y que funcionan mediante sistema de elevador hidráulico y mando a distancia. Finalmente, se han excavado también zanjas para las conducciones de gas y de telecomunicaciones, junto a una nueva conducción del cableado semafórico.