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El alcalde de Valladolid se mostró este martes rotundo e implacable con la intención de Lauki de cerrar su factoría en Valladolid y dejar desempleados, por tanto, a un centenar de trabajadores, con cuyos representantes en el Comité de Empresa mantuvo un encuentro en el Ayuntamiento.
Oscar Puente, visiblemente indignado con el Grupo Lactalis, que, recordó, obtuvo 100 millones de euros de beneficio sólo de la venta de lácteos el ejercicio pasado y tiene en Valladolid una planta rentable, advirtió de que el Consistorio "dará la batalla en todos los frentes" y si cierra, "no le saldrá gratis".
Puente se mostró dispuesto a ser "un firme aliado" de las administraciones autonómica y estatal si estas actúan para evitar el cierre, y se definió como un "claro enemigo" en caso contrario.
El alcalde desveló que durante las conversaciones mantenidas con la empresa, el Ayuntamiento propuso como solución ayudar en la búsqueda de un comprador para la fábrica, opción que Lauki, afirma, descartó, así como la venta del suelo para sacarle rendimiento urbanístico.
Con respecto a la "batalla" que el alcalde anuncia en caso de que siga adelante el expediente de cierre, no descartó acciones legales e incluso "campañas de imagen" que supondrán que "en Valladolid van a tener muy complicado tener un futuro en lo que dependa del Ayuntamiento", dijo, tras recordar que la ciudad tiene 306.000 habitantes y Lauki "querrá seguir vendiendo leche".
Según afirmó, desde el punto de vista jurídico hay "mucho de lo que hablar", puesto que falta "examinar las cuentas de la empresa, ver cómo se va a tramitar el expediente de cierre, con las consecuencias laborales que tiene", y ofreció toda la ayuda del Ayuntamiento a los trabajadores en este sentido, así como a la empresa, puesto que, señaló, "a las buenas estamos en disposición de ayudar, pero no estamos dispuestos a consentir que se utilicen prácticas empresariales inhumanas que prescinden de las personas que están detrás y juegan con ellas como si fueran piezas de ajedrez".