Descripción


Esta mañana ha tenido lugar la reapertura del aparcamiento de la Plaza Mayor de Valladolid durante un acto presidido por el alcalde, Óscar Puente, acompañado por el primer teniente de alcalde y concejal de Planeamiento Urbanístico y Vivienda, Manuel Saravia; los miembros del Equipo de Gobierno Municipal y por los demás Grupo Municipales, además del presidente de la Diputación, Conrado Íscar; del presidente de la concesionaria Saba, Rafael Malo, y miembros de distintas asociaciones comerciales y vecinales de la ciudad. En su discurso, el alcalde ha señalado que:



"Buenos días, y gracias a todos ustedes por acompañarnos esta mañana.


Esta Plaza Mayor en la que nos encontramos ha sido escenario de notables acontecimientos desde que, allá por el siglo XIII, se convirtió en un espacio público que era conocido entonces como Plaza del Mercado. Recordamos, por ejemplo, y sin ánimo de ser exhaustivos, que aquí tuvo lugar la coronación de Fernando III como rey de Castilla, se produjo la decapitación de Álvaro de Luna en 1453, se sufrió el fatídico incendio del 21 de septiembre de 1561 que asoló el caserío de la Plaza y de las calles próximas y que motivó la posterior reconstrucción de esta parte de la ciudad, o que este fue el lugar elegido para los Autos de Fe que se desarrollaron en Valladolid a mediados del siglo XVI. También esta Plaza ha acogido, a lo largo de su dilatada historia, múltiples y diversas celebraciones populares, desde juegos de cañas y lanzas en ese mismo siglo XVI, o festejos taurinos, entre los que destaca el alanceamiento de un toro por parte de Carlos I con motivo del nacimiento de su hijo Felipe, o, dando un salto en el tiempo, acontecimientos que tienen lugar en nuestros días, como procesiones religiosas, conciertos musicales, festivales de teatro, la Feria del Libro o eventos deportivos.


Sirvan estas disquisiciones para recalcar el hecho de que la Plaza Mayor es un espacio singular en nuestra ciudad, el principal, en el que se concitan los vecinos y vecinas de Valladolid cada vez que celebran algún hecho relevante. Y por ello, quienes regimos esta ciudad estamos obligados a dar a la Plaza Mayor la prestancia que merece.


A lo largo del último siglo y medio la Plaza Mayor ha pasado por diversas vicisitudes. Así, fue surcada primero por tranvías y más tarde por autobuses urbanos y vehículos privados que llegaron a reinar en este espacio público. Aún recordamos que en los años 70 y 80 del pasado siglo muchos edificios de la Plaza presentaban un estado descuidado, casi ruinoso, y lucían grandes vallas publicitarias. La situación comenzó a cambiar a mediados de los 90, cuando se desarrolló el programa "Valladolid Renace", con el que se revitalizó, en gran medida, la Plaza Mayor. Se dotó entonces de homogeneidad a sus edificios al pintar las fachadas de color almagre, se pavimentó la Plaza con adoquín rojo y se peatonalizó buena parte de la misma, si bien se mantuvo el tránsito de autobuses y taxis por la acera de San Francisco y el de vehículos privados que entraban y salían de este aparcamiento subterráneo que fue construido en 1971, y al que se añadió una segunda planta en 1997, lo que contribuyó a aumentar, aún más, la afluencia de coches a nuestra principal Plaza. Y a nadie se le escapaba que la convivencia de vehículos y peatones en este mismo espacio creaba, en no pocas ocasiones, situaciones incómodas.


Siendo consciente de esa situación, siempre he tenido claro que la Plaza Mayor debía ser para el uso y disfrute de los peatones, por lo que era necesario sacar el tráfico de vehículos fuera de la misma. Tal es así que ese empeño figuraba en el programa electoral con el que presenté mi candidatura a la alcaldía en 2015. Y ha llegado el momento en el que puedo decir, con enorme júbilo, que aquel objetivo, que fue asumido por el equipo de gobierno conformado por el Partido Socialista y por Valladolid Toma la Palabra, se ha consumado.


En ese camino habíamos tomado ya medidas para avanzar hacia la completa peatonalización de la Plaza Mayor, como fue la supresión del tráfico de autobuses y taxis por la misma. Y, por fin, hemos conseguido sacar fuera los accesos al aparcamiento subterráneo. Con ello, 1.800 vehículos han dejado de circular cada día por esta Plaza y este espacio público ha sido ganado para los peatones, para que los niños y niñas puedan jugar en él sin riesgo y para que todos podamos pasear sin sobresaltos.


Pero también los automovilistas se verán beneficiados al haberse sacado los accesos del parking de la Plaza, pues esa circunstancia permitirá utilizar el aparcamiento casi todos días del año, sin las restricciones que hasta ahora obligaban a cerrarlo cuando la Plaza Mayor acogía eventos de importancia, lo que ocurría con cierta frecuencia. Estamos pues ante una buena noticia para todos los vecinos y vecinas de Valladolid, independientemente de cómo se desplacen por la ciudad.


Como ustedes saben, la ejecución de la obra para sacar los accesos del parking de la Plaza no ha resultado fácil, y la misma se ha dilatado más de lo inicialmente previsto. Efectivamente, la intervención, que se inició el 21 de octubre del pasado año, se completa hoy con la reapertura del aparcamiento, hecho que se produce cuatro meses más tarde de lo que se establecía en el plan de obras original. Cabe pedir disculpas por ello a quienes se hayan visto afectados por esta demora, especialmente a comerciantes y a hosteleros, a los vecinos de la zona y a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Pero estoy plenamente convencido de que todos ellos van a notar de inmediato los beneficios, de muy diversa índole, que va a reportar esta actuación.


La obra, que se ha realizado con cargo a las Inversiones Financieramente Sostenibles del Ayuntamiento, ha tenido un coste de en torno a 1,5 millones de euros. Y es conocido que durante la misma han surgido diversas dificultades que, afortunadamente, han podido ser solventadas, tales como las generadas por la aparición de restos de la cimentación de la fachada original de la Iglesia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de tuberías y conducciones de las que se desconocía su existencia o de terrenos poco compactados… Dificultades que se han unido a las propias de un proyecto de esta envergadura, que, a la vista está, ha consistido en sacar los accesos del parking de la Plaza, tanto el de entrada a la calle Manzana como el de salida, más largo, con un falso túnel por la calle Jesús hasta la calle Molinos, además de la apertura de tres salidas peatonales, una de ellas dotada de ascensor, así como la instalación de los preceptivos sistemas de ventilación.


El esfuerzo ha merecido la pena y hoy la obra en la Plaza Mayor se puede dar definitivamente por concluida con la reapertura del aparcamiento subterráneo, lo que posibilita el acceso de automóviles al mismo desde esta misma mañana, sin que ello conlleve molestias para los peatones que ahora pueden disfrutar de la principal Plaza de Valladolid y, también, de la calle Jesús por la que, convendrán conmigo, resultaba agobiante caminar debido al continuo trasiego de vehículos que salían del estacionamiento.


Al principio de mi alocución hacía referencia a acontecimientos históricos que han tenido lugar en este espacio y a cómo se ha ido configurando el mismo a lo largo de los últimos siglos. Y no creo que resulte pretencioso reconocer que la obra que hoy culmina constituye, también, un hecho especialmente relevante en el devenir histórico de la Plaza.


No me cabe duda de que los vallisoletanos vamos a enseñar con más orgullo, si cabe, la Plaza Mayor a quienes nos visitan, porque ahora luce más bonita y porque podremos disfrutar de ella sin las molestias que causaba el tráfico de vehículos que antes la atravesaba.


Muchas gracias."