La historia de los “Matafuegos” de Valladolid, en el Archivo Municipal hasta el próximo agosto
El alcalde y el concejal de Seguridad y Movilidad inauguraron la muestra, que explica la evolución del cuerpo desde sus orígenes a través de 96 piezas
El alcalde y el concejal de Seguridad y Movilidad inauguraron la muestra, que explica la evolución del cuerpo desde sus orígenes a través de 96 piezas
El Archivo Municipal del Ayuntamiento de Valladolid acoge desde este viernes, 18 de diciembre, y hasta el 31 de agosto de 2016 la historia de los "Matafuegos" de Valladolid, -germen del cuerpo de Bomberos de la ciudad-, a través de la exposición de 96 piezas en la que, con motivo de su 500 Aniversario, colaboran el periódico El Norte de Castilla y el Instituto Universitario de Historia Simancas.
Los horarios en los que puede visitarse la exposición son de lunes a jueves, de 11:00 a 14:00, los viernes de 11:00 a 14:00 y 19:00 a 21:00 y los sábados de 12:00 a 14:00. Pueden solicitarse visitas guiadas. Información y reservas: sam@ava.es y teléfono 983 363 870.
El 5 de enero de 1505 la reina Juana I concedía una carta de Merced por la que confirmaba la exención del pago del tributo de aposento a un grupo de treinta carpinteros musulmanes, vecinos todos del barrio de Santa María, a cambio de que fuesen con sus herramientas a apagar los fuegos que surgiesen en la villa en oyendo las campanas o en siendo llamados por el concejo.
Este documento, sanción real de una exención concedida con anterioridad por el Concejo, muestra la capacidad de la entonces villa de Valladolid para organizar su defensa contra el fuego, una de las calamidades que con mayor insistencia azotaban a sus vecinos, capaz de devorar en unas horas sus casas, sus haciendas e incluso sus vidas. Valladolid se convertía, de este modo, en una de las primeras poblaciones del reino que contó con matafuegos, nombre con el que se conocerá durante toda la Edad Moderna a los encargados de sofocar los incendios.
La exposición "Matafuegos. 500 años de bomberos de Valladolid" narra la forma en que este primitivo retén de carpinteros acabó convirtiéndose en un cuerpo profesional, integrado en la organización municipal y al servicio de la ciudadanía. Un largo camino en el que los matafuegos se transformaron en bomberos, mientas la villa del Antiguo Régimen daba paso a la ciudad contemporánea merced a los cambios operados en su sociedad, en sus órganos de gobierno, en su economía y en su fisonomía.
Las 96 piezas que, entre documentos y objetos, componen la exposición recrean este camino cinco veces centenario y aportan información sobre los cambios experimentados en la lucha contra el fuego en cada época; tanto en los medios humanos, como en los materiales, en los protocolos de actuación y en la propia organización del servicio y su conexión con el municipio y la sociedad. Una evolución en la que los bomberos han visto ampliado su ámbito de actuación desde la lucha contra el fuego, que había definido su actividad y su esencia durante siglos, hasta la integración de las tareas de extinción de incendios, salvamento y protección civil que conforman el servicio en la actualidad.
La exposición está dividida en 5 capítulos. En el primero se analizan las causas que, históricamente, han motivado la mayor parte de los incendios habidos en la ciudad. En los cuatro restantes se analiza la evolución del servicio, desde el primer cuerpo formado por carpinteros musulmanes - los moros obligados al fuego (s. XV a 1610)- , y sus sucesores, los maestros de obras cristianos (1610-1833), hasta la azarosa creación del servicio municipal contra incendios (1833-1973), para finalizar con una panorámica de los bomberos del siglo XXI.
En la exposición se podrán contemplar documentos de gran valor, como el privilegio por el que Alfonso XI concede a la ciudad de Valladolid los títulos de "Buena y Leal" que todavía ostenta, a resultas del incendio del monasterio de las Huelgas Reales; o un privilegio de Juan II dirigido a las comunidades de moros, judíos y cristianos de la villa que contiene la representación más antigua que se conoce del escudo de armas de Valladolid; o el libro en el que se recogen las disposiciones originales –cédulas y reales provisiones- que Felipe II dio para la reconstrucción de la villa después del incendio terrible de 1561, así como otros documentos más recientes en los que quedan reflejadas, por ejemplo, las importantes reformas introducidas por Juan Agapito y Revilla, arquitecto municipal y responsable del servicio durante más de 30 años. Entre estos documentos destacan las numerosas fotografías, algunas inéditas, que ilustran la muestra.
Nuevamente, la riqueza documental del Archivo Municipal es la fuente que, casi de forma exclusiva, ha permitido reconstruir la historia de los bomberos de la ciudad. Con la puesta a disposición de los ciudadanos de esta parte de la historia de Valladolid, el Archivo desempeña una de las funciones fundamentales que, como servicio municipal, tiene encomendadas: hacer partícipe a la sociedad de su historia, de su patrimonio y de su identidad.