Descripción

  • Se han construido unas aceras amplias, reordenado el estacionamiento, reubicado el alumbrado y nuevos alcorques con más árboles y arbustos

El alcalde, Oscar Puente, junto con el concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez, ha visitado las obras ejecutadas en la calle Resina, en el barrio del Pinar de Antequera. En el recorrido han estado acompañados por técnicos municipales, así como por representantes de la Asociación Vecinal Pinar de Antequera.


La Concejalía de Movilidad y Espacio Urbano, a través del Servicio de Espacio Público e Infraestructuras, comenzó las obras de construcción de nuevas aceras y reordenación de la calle Resina en la segunda quincena del mes de enero de este año. En concreto, entre la Carretera de Arcas Reales y la Plaza de San Antonio, lo que supone aproximadamente quinientos metros lineales del citado vial. Los trabajos finalizaron el día 9 de abril, 12 semanas después de su comienzo, si bien en las dos primeras apenas se pudo trabajar debido a las inclemencias meteorológicas.


Esta intervención, solicitada en los últimos años por la Asociación Vecinal y los vecinos del barrio, se había quedado fuera de los Presupuestos Participativos de 2020. No obstante, fue incluida por el Área de Movilidad y Espacio Urbano en la programación ordinaria del Contrato de Conservación de las Vías Públicas (Lote 1), que se ejecuta por parte del Centro de Conservación de la Vía Pública del S.E.P.I.


Tras distintas visitas y reuniones entre la Concejalía de Movilidad y Espacio Urbano y la Concejalía de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible con la Asociación Vecinal., se puso de manifiesto la necesidad de reordenar los usos de cada una de las bandas del vial. La urbanización realizada en los años 90, con estructura de "coexistencia" o plataforma única, pavimentó únicamente la banda central del mismo, de aproximadamente cinco metros de ancho de los que la calzada se adoquinó con piezas prefabricadas que la dotan de gran rugosidad y la pretendida acera se enlosó con piezas más transitables pero solo en uno de los lados de la sección.


Las dos franjas laterales quedaron en tierra pero sin acondicionar como peatonales, habiéndose poblado de arbustos, maleza y todo tipo de árboles de escaso valor y que en la mayor parte de los casos no podían crecer bajo los grandes pinos contiguos de las parcelas privadas.


La inexistencia de zonas de estacionamiento desembocaba en la presencia de vehículos aparcados indistintamente en zonas terrizas o pavimentadas entorpeciendo itinerarios peatonales; y sobre todo la accesibilidad y seguridad peatonal se encontraba muy comprometida (imposible por las zonas terrizas, incómoda y arriesgada por la zona adoquinada, y solo posible por el enlosado lo que perjudicaba particularmente a los vecinos de los números impares). En invierno y principalmente en horario nocturno, la coincidencia de los puntos de luz con las copas de los árboles impedía una adecuada iluminación, lo que aún empeoraba la situación.


A la vista de esta realidad, se acordó completar la pavimentación de la calle, en particular las dos bandas laterales contiguas a las parcelas. De este modo se construirían por primera vez unas aceras propiamente dichas y ubicadas junto a los accesos a las viviendas, cumpliendo por tanto la normativa de accesibilidad. La calzada quedaría según la disposición previa, tanto en ubicación como en textura (para promover una baja velocidad). Y, por último, la antigua acera enlosada se convertiría en un aparcamiento en línea junto a la calzada, lo que haría innecesaria la invasión de los vehículos estacionados de las nuevas aceras peatonales.


Obedeciendo a estos criterios, la primera medida debía ser el despeje de los laterales del vial de todo tipo de elementos vegetales, para lo que intervino el Servicio de Parques y Jardines del Área de Medio Ambiente, que suprimió arbustos, setos salientes, maleza, y todos aquellos árboles sin valor, en mal estado, o sin posibilidades de vegetar adecuadamente. En su sustitución, se acordó construir 28 amplios alcorques en la banda de aparcamiento donde se realizarían las nuevas plantaciones. No obstante, y según su criterio, se optó por salvar algunos ejemplares más notables o valiosos.


Para completar la reforma, se decidió el cambio de los puntos de luz al lado opuesto a los nuevos árboles y con suficiente distancia a éstos, para un correcto aprovechamiento de la iluminación.


En cuanto al orden de los trabajos, tras la limpieza y destoconado de los laterales, se excavaron las tierras sobrantes, se construyó la red de riego (lado par), la nueva red de alumbrado (lado impar) y por ambos lados las canalizaciones municipales para futuros usos. Bajo las nuevas aceras se extendió y compactó una subbase de zahorra artificial de reciclaje. Sobre ésta, y en cuatro fases independientes, se procedió al hormigonado de dichas aceras, con acabado fratasado mecánico, endurecido al cuarzo y coloreado en tono terrizo para mantener en lo posible la estética anterior, agilizando mucho los trabajos y minimizando, por tanto, la afección a los vecinos. La superficie total de dicho pavimento es de 2.163 metros cuadrados.


En las intersecciones se ha incorporado pavimento táctil para señalizar los cruces. El único tramo de calzada reformado ha sido la conexión con la Carretera de Arca Real desde la intersección con la calle Lavanda, que se ha pavimentado con aglomerado en caliente sobre firme de hormigón.


En el caso del tramo comprendido entre la calle Colonia y la carretera Arca Real, fue necesario previamente la renovación de la red de abastecimiento de agua potable. Y en toda la longitud de las obras, la pavimentación de la acera del lado impar permitió el traslado de las farolas a su nueva ubicación, lo que requirió un nuevo cableado.


Por último, se han construido los alcorques rectangulares de 4,00 x 1,60 metros en la nueva banda de aparcamiento, hasta un total de 28, más la pieza final en el encuentro con la Carretera de Arca Real. Tras su relleno con tierra vegetal y su conexión a la red de riego, el servicio de Parques y Jardines ha plantado el nuevo arbolado (33 unidades de las especies tilia, zelkova serrata, gledistia, acer sacharinum y pinus pinea), y completado con arbustos (970 unidades de las especies hypéricum calycinum, cotoneaster dammeri y cotoneaster salicifolius), todo ello regado por goteo.


La inversión total ha alcanzado los 259.000 euros, de los cuales: 209.000 euros han sido a cargo del Centro de Conservación de la Vía Pública, 9.000 euros a cargo del Centro de Alumbrado Público, 15.000 euros a cargo de Aquavall, y 26.000 euros a cargo del Servicio de Parques y Jardines.