Descripción


Este proyecto presentado para la convocatoria 2015 para exponer en la Sala Municipal de Exposiciones del Teatro Calderón es una reflexión sobre la Guerra Civil (1936-1939), ocho décadas después de su inicio a través de una serie de imágenes sobre monumentos de exaltación y homenaje por parte del bando vencedor en la contienda. Su gestación, naturaleza conmemorativa y dimensión testimonial con el paso del tiempo es el propósito del autor, documentalista e historiador de la fotografía, que ha definido este trabajo, titulado "Caídos", como "una metáfora de cómo ha recogido la sociedad esos episodios dolorosos de nuestro pasado".

Su contemplación, el mensaje que trasladan esos monumentos setenta años después a las casi cuatro generaciones posteriores a la Guerra Civil, es uno de los objetivos de "Caídos", seleccionado por el Ayuntamiento de Valladolid junto a otros siete proyectos para el calendario de exposiciones de artistas locales durante 2016.

González pretende reflejar la ideología dominante en la época, política, civil y religiosa, a través de la suntuosidad de monumentos que en su mayor parte fueron construidos por los prisioneros del bando vencedor para enaltecer a los caídos de la facción ganadora.

Ha elegido los que aún se conservan en parajes más o menos alejados como los existentes en el Puerto del Pico (Ávila), en el norte de la provincia de Burgos o en el Puerto del Escudo (Santander), y otros más conocidos como el que recuerda en Labajos (Segovia) el lugar donde fue abatido el líder falangista Onésimo Redondo.


LA EXPOSICIÓN SEGÚN EL AUTOR

Toda escultura monumental aspira a constituirse en símbolo o espejo de la ideología dominante, sea esta política o religiosa. Fueron muchos los monumentos que a lo largo del siglo XX aparecieron por toda España, aunque la mayor parte de estos se levantaron a partir de 1939, a finalizar la Guerra Civil. Buena parte de ellos estuvieron destinados a conmemorar y hacer patente la victoria, mientras que otros se hicieron con la intención de homenajear a los caídos, inmortalizando en piedra el valor de los que colaboraron en la empresa y además murieron en el empeño.

Han pasado de más de 70 años y algunos de aquellos monumentos han sufrido un proceso de reorientación o puesta al día, tratando de eliminar en la medida de lo posible el significado primigenio, mientras que otros se encuentran en un claro estado de abandono. Este trabajo se ocupa mayoritariamente de estos últimos, precisamente por su pérdida de actualidad, lo que provoca que estos escenarios sustituyan completamente a los sujetos ausentes, y se desplacen hacia lo que podríamos denominar como un "espacio de incertidumbre", donde la observación se vuelve más compleja al incorporar elementos como el tiempo, la memoria y la historia.

"Caídos" está compuesto por imágenes de carácter mayoritariamente estatuario, en las que el conocimiento que el espectador posee sobre el origen de los monumentos resulta de especial relevancia a la hora de configurar su propia interpretación de las mismas, dotándolas de un significado en ocasiones bien diferente al que originalmente tuvieron. Se incluyen en algunas de las piezas documentos que están relacionados, de diferentes formas, con la gestación de los monumentos, a la búsqueda de la dimensión evocativa, y no sólo descriptiva en la representación. En esta misma línea aparecen también otro tipo de estatuas y edificios relacionados también con el entorno ideológico y político que dio lugar a esta estatuaria.

El potencial de la fotografía para proponer una nueva lectura de la historia, hace de este medio un instrumento especialmente útil en la tarea de agitar el pensamiento e invitar al espectador a reflexionar sobre su entorno más inmediato.

EL AUTOR

RICARDO GONZÁLEZ, 1957, (Neila, Burgos) vive y trabaja en Valladolid y es licenciado en Historia del Arte. Fotógrafo de formación autodidacta, expone su obra personal desde 1980. Compagina esta actividad con la investigación en el campo de la Historia de la Fotografía. Sus fotografías reivindican para el medio fotográfico la capacidad de construir un discurso sobre las relaciones sociales. Todo ello mediante un programa de registro que pone encima de la mesa cuestiones con cierto componente traumático, de realidades en conflicto –un conflicto entre el individuo y la colectividad-,