Descripción


La Sala Municipal de Exposiciones del Teatro Calderón presenta a partir de hoy, y hasta el 8 de diciembre, la exposición "ENRIQUE RECHE. Obras en los talleres de Antonio López". Al acto han asistido la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, y el propio artista.

ENRIQUE RECHE nació en Valladolid 1965. Cuenta con una larga trayectoria artística y una permanente constancia en su formación. El proyecto de la exposición versa sobre el giro temático y de ejecución en su obra tras el paso por el taller de CREART impartido por Antonio López y Cristóbal Toral en el LAVA (Laboratorio de las Artes) de Valladolid en el año 2013.


En dicho Taller -que contó con cofinanciación de la Unión Europea, dentro del programa Cultura- y por indicaciones del propio Antonio López el cambio temático, dentro del realismo, fue absoluto. Cambio supervisado por el artista manchego a lo largo de los años siguientes en numerosos encuentros y en seis talleres más en otros puntos de la geografía española como Pamplona, Ávila, Albacete y Almería.


Encuentros de trabajo dirigidos también por los maestros Julio López y Juan José Aquerreta. La exposición contaría con todos los trabajos realizados en los talleres descritos y toda la obra que se deriva de éstas reuniones, que incluyen dibujos, pinturas y varias piezas escultóricas policromadas (Óleos sobre arcilla). La muestra se completaría con una colección de dibujos a lápiz, algunos de gran formato y finalistas del prestigioso premio Penagos de dibujo organizado por la fundación Mapfre Vida. Los dibujos de la serie "estados fonológicos de la vid" que ilustran el libro "Valladolid, tierra de vinos" se incluirían en el apartado de dibujos.


Como señala el periodista Jesús Fonseca en el prólogo del catálogo, "Estos lienzos, realizados en los talleres de Antonio López, reflejan muy bien el audaz recorrido pictórico de uno de los primeros nombres del arte del mundo hispano. Su actitud creativa, que no tiene límites —como no la tiene el oficio de pintar—, está marcada por los propios gustos y criterios de alguien obsesionado por un mundo que se desmorona a cada instante.


Claramente reflejado a través de sus pinceles, como si quisiera quitarnos la venda de los ojos. Y hacernos visible la eternidad, incluso desde una piedra pequeña y ligera, o de un canto rodado «guijarro humilde de las carreteras», de esos que ruedan «por las calzadas / y por las veredas», al decir de León Felipe. Pienso al ver estas piedras, estas calabazas, estas granadas de sangre desangrada y cebollas deshojadas, que lo que pinta Reche es siempre una herida entre el cielo y el suelo. O tal vez lo que se ha perdido para siempre y toma otros caminos y nada más.


A la vista está que este hombre pinta como los clásicos. Pero no por eso es insensible a la realidad que le ha tocado vivir, con sus desgarros, afanes y esperanzas, por más que sea un pintor alegre, de tonalidades esperanzadas, que esconden tal vez su timidez y desamparo. Desde que diera su primera pincelada, Reche no ha hecho sino descubrir cuanto contempla, cuanto toca, e ir de hallazgo en hallazgo, para buscar y encontrar sentido, desde su particular manera de estar en la vida.


Desde su compromiso, también, que tiene que ver con el agravio de los días y la tristeza callada de lo que nos dice adiós. Desde la rebeldía de quien no acepta el engaño, ni se resigna al mal y tiene abiertos los ojos al asombro de la existencia. Desde su silencio creador y su soledad sonora. Pero sobre todo, desde la certeza de quien ama perdidamente; con mirada libre y limpia, muy limpia, reflejada en la sencillez de esos azules desafiantes y resignados granates que dan fe del esplendor del vivir y su fatalidad y añaden ensueño a su realismo.


¡Ay, esos blancos siempre a la espera, esas pinceladas de ceniza y delicados verdores de Enrique Reche! Ay, esos amarillos encendidos y esa capacidad suya, sólo suya, para oscurecer y aclarar la luz y rescatar el momento, desde el esplendor de la sombra o desde la inacabable claridad. Con razón Antonio López —tan sobrio él en gestos y palabras—, no ha dudado en apuntar a Enrique Reche como uno de los más firmes pilares del hiper-realismo de esta hora de España.

ENRIQUE RECHE fue seleccionado en la convocatoria de artistas locales que cada año realiza la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid. Esta es la última de las muestras seleccionadas para este año.