Descripción

  • El alcalde ha descubierto hoy esta obra, de la que es autor Miguel Ángel Soria, donde aparecen como elementos destacados la Academia de Caballería, la estatua del poeta y el desaparecido Teatro Pradera

Un mural cerámico de 3,7 por 1,65 metros que recoge el antiguo aspecto de la Plaza de Zorrilla, con la escultura del poeta, la Academia de Caballería y el desparecido Teatro Pradera, obra del artista Miguel Ángel Soria, preside desde hoy este céntrico espacio junto al Campo Grande, como parte de la iniciativa municipal encaminada a instalar los citados hitos en lugares históricos y emblemáticos de la ciudad.

El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, y el pintor e ilustrador Miguel Ángel Soria han asistido esta mañana al descubrimiento del mural, que representa una imagen de la plaza fechada hace décadas y que muchos ciudadanos recuerdan con nostalgia, pues presenta claras diferencias frente al aspecto actual.

En concreto, el dibujo evoca la imagen de esta plaza, la más distinguida de Valladolid tras la Plaza Mayor, a mediados del siglo XX, por lo que en ella aparece la singular estampa del Teatro Pradera, célebre espacio escénico muy concurrido por los espectadores que se situaba, hasta 1967, donde ahora está el escudo floral de la ciudad.

Según señala María Antonia Fernández del Hoyo, profesora de Historia del Arte, en el texto explicativo del propio mural, en él destaca por su importancia el edificio de la Academia de Caballería, construido en piedra de Villamayor, de estilo historicista e inspirado en la traza de los palacios renacentistas españoles, que sirve de comienzo al Paseo de Zorrilla y comenzó a erigirse en 1921.

Reforma y peatonalización

Por otro lado, la estatua de José Zorrilla y su musa, obra del riosecano Aurelio Rodríguez Carretero emplazada en esta ubicación en 1900, aparece en el mural dentro del jardín que la circundaba en aquella época, con parterres y fuentes que desaparecieron como consecuencia de la reordenación realizada hace casi diez años, a raíz de la construcción del estacionamiento subterráneo, que supuso también su peatonalización.

Miguel Ángel Soria ha querido plasmar en su obra la imagen de esta plaza, antesala del Campo Grande y encrucijada urbana del casco histórico, como homenaje a la misma, "como un recuerdo que queda en lo más íntimo del ser humano. En mi niñez era habitual venir a esta plaza para hacerse fotos, y creo que ahora el mural servirá para tenerlo de fondo en una imagen que perdure en la memoria".

Este mural es el segundo promovido por el Ayuntamiento dentro de la mencionada serie, iniciada en pasado otoño con el instalado en la Plaza del Rosarillo, obra del mismo autor que completa una reseña del cronista de la ciudad, Teófanes Egido. Ambos forman parte de la ruta monumental "Ríos de Luz", dentro de la apuesta municipal por la puesta en valor del patrimonio histórico.