Descripción

El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, y la concejala de Cultura, Comercio y Turismo, Mercedes Cantalapiedra Álvarez, han visitado hoy la obra de recuperación de los restos arqueológicos del Palacio de la Ribera, situado en la margen derecha del río Pisuerga, frente a Las Moreras, que fue recreo estival del monarca Felipe III.

Esta actuación, ejecutada por la empresa Quadrum Arqueología por un importe de 74.250 euros, con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local, comenzó a finales de abril y concluirá en las próximas semanas. Los trabajos, realizados por tres personas, se están centrando en los siguientes aspectos:

  • Limpieza arbustiva de la zona de la ribera donde se encuentran los restos arqueológicos, para despejar los mismos de la vegetación que los mantenía semiocultos.
  • Realización de una vía de acceso (camino) para que este espacio pueda ser recorrido, con el fin de observar "in situ" los restos arqueológicos existentes.
  • Limpieza y consolidación de las estructuras. Tras la revisión de los elementos arqueológicos, de los que la mayoría son estructuras de muros, se procede a su limpieza y consolidación. Respecto al muro de sillería, en algún punto concreto será rellenado con fragmentos de piedra caliza. También hay dos muros próximos a la orilla del río y paralelos al mismo.
  • Se propone reproducir el grabado sobre el despeño del toro, realizado para la historia de Valladolid por J. A. de Burgos y el plano de Ventura Seco fechado en 1738 que refleja la planta del Palacio Real, el río, el Puente Mayor y Las Moreas.

Los restos del que fue palacio de recreo de Felipe III (1598-1621) son realmente escasos, pues sólo se conserva un gran lienzo de sillería que continúa con otro de ladrillo en la parte superior de la margen del río, haciendo las labores de muro de contención en ese lado.

Piedra, ladrillo y adobe

En la parte inferior y paralelo a la margen del Pisuerga, hay otros dos fragmentos murarios, así como un muro de adobe que discurre el sentido transversal al río, es decir, cierra la ribera desde la parte superior del talud a la inferior. Estos elementos son de gran interés por pertenecer a uno de los palacios más emblemáticos de Valladolid, ya desaparecido.

El palacio se comenzó a construir hacia el año 1602, teniendo su mayor apogeo durante el tiempo que se mantuvo la Corte en Valladolid hasta 1606. Fue utilizado como Palacio Real aunque la ruina de sus dependencias iba en aumento a medida que pasaba el tiempo.

Así, hacia 1761 se decide desmantelar el palacio reaprovechando todos sus elementos (piedras, azulejos, tejas, maderas, etc.) que se utilizan en otros edificios señoriales como en el caso del Palacio Real, de la Plaza de San Pablo. Las necesidades de aquel momento eran tan imperiosas que hasta las piedras calizas de los cimientos se emplearon para hacer cal.